Pura y Limpia del Postigo | RELATO DE UN SEPTENARIO CAUTIVO.
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RELATO DE UN SEPTENARIO CAUTIVO.

05 Abr RELATO DE UN SEPTENARIO CAUTIVO.

Fotograma del vídeo «Nunca camina solo».

RELATO DE UN SEPTENARIO CAUTIVO.

Lejos quedan los acordes de la última banda que tocó en la Capilla torera de la vecina Cestería; preámbulo sonoro de lo que debería de haber sido el día de ayer, Viernes de Dolores: Víspera, preámbulo, Presentación del septenario más grande de Sevilla, que este año caminará Cautivo sin acompañamiento de devotos y música, ni adornos de flores y codales.

Pero no hay que inquietarse ni sentir Desamparo, pues la Expiración del caos, que “en la Plaza del Triunfo habla con la Inmaculada”, viene de camino con lento pero firme rachear. El año venidero las Aguas, en su Descendimiento, volverán al cauce y la Victoria del Dulce Nombre de María en la Buena Muerte de su hijo, rutilará, cual Estrella, en otra primavera más de azahares y de fervor con sus pompas de palmas, ramas de olivo, insignias, cirios, inciensos y sones de cornetas y tambores.

Y como así lo ordena la tradición en esta tierra bendecida por Dios, de nuevo se abrirán las grandes cancelas de medio arco entre la estrechez del bullicio, que guarda expectante en el Postigo del Aceite porque se murmura que este año pasará “el misterio carretero de arenales”.

Capillita de la Pura y Limpia, simbólico palquillo de venia en el que Estandarte y varas salen para recibir el paso de los tramos de nazarenos y presentar los respetos a sus Titulares con ofrenda floral seguida de Padrenuestro o Ave María, según corresponda. Sonará ese martillo, entre norbiense y mejicano, que en verdad tiene su casa en Dos de Mayo. Solemnidad, alegría, apretones de manos, sonoros abrazos y besos cofrades. El maniguetero de cíngulo blanco parará para saludar a sus hermanos de Gloria y compartir su emoción por cruzar un año más esta frontera entre Sevilla y su Arenal a los sones de “Caridad del Guadalquivir”, mientras que ese antiguo costalero, del barrio de “toa la via” que cambió la trabajadera por la priostía, con ojos lacrimosos por los recuerdos regalará a los presentes flores del palio; los de ruán, unidos por la mano creadora de Juan de Mesa (penitentes tras el Crucificado, con cirio ante el Nazareno), lanzarán una fugaz mirada; el “canastilla” se parará hieráticamente ante la puerta para persignarse y el de traje oscuro que porta el capote del Señor, rezará a su Pura y Limpia con una simple mirada. En esta “maqueta de catedral”, coqueta, humilde y discreta como la Virgen que allí se venera, la Semana de Pasión se vive con emoción y especial devoción.

De manera estoica, gallarda y serena los españoles llevamos tres semanas de confinamiento, como Tres Caídas camino de ese Calvario donde aflorarán las Tres Necesidades de María, en aras del Patrocinio propio y de los seres queridos; de ganar en la Soledad del hogar las justas Mercedes en la batalla contra esta cruel e incomprensible epidemia que nos Angustia y causa Dolores.

Atónito por haber sido Despojado de la Paz que reinaba en la alegre cotidianeidad, el sevillano ve cómo miles de compatriotas, cuando no familiares o amigos, caen enfermos o finan, y las Penas, el Traspaso y el Mayor Dolor que causan trae a su memoria el lienzo de Valdés Leal de la cercana Iglesia de la Santa Caridad: evocador de lo efímera que es la vida terrena.

“Et in pulverem reverteris” se nos recordaba el Miércoles de Ceniza, inicio de este tiempo cuaresmal de renovación y reconciliación que llega a su fin y da paso a la Semana Santa y al Tiempo de Pascua: el triunfo de Cristo sobre el pecado y la muerte; verdadera Luz de su Gran Poder, Soberano, y de la Esperanza que alimenta nuestra fe.

Foto Fernando Casas

Los reiterados tañidos anuncian que ya es media mañana. Fieles a nuestro culto semanal, recemos hoy, con más Piedad si cabe en los corazones, el tradicional Ángelus sabatino para que la Virgen de la Pura y Limpia escuche nuestras súplicas, y en su infinita Caridad interceda ante Dios todopoderoso con el ruego de que otorgue el descanso eterno a las miles de víctimas de esta maléfica epidemia, y que en su ilimitada Misericordia devuelva la Salud a quienes la perdieron y ayude a los más necesitados en estos momentos aciagos; sin olvidarnos de orar por nuestros hermanos difuntos y del “Bendita sea tu Pureza”, remate de esta devota faena. ¡Así sea!; y mañana, Domingo de Ramos, porque ya es Semana Santa en esta bendita tierra de María “in saecula saeculorum”.

 

Dedicado a N.H.D. Vicente Ramos Girón, Consiliario Primero; a N.H.D. Antonio Rosa Cejudo, Prioste Segundo y a las 17 Hermandades que este año no podrán cruzar el Postigo del Aceite en su Estación de Penitencia.

Sevilla, Sábado de Pasión 4 de abril de 2020

Fco. Javier Fernández Zulueta, Secretario Primero

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