Pura y Limpia del Postigo | FESTIVIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
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FESTIVIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

08 Dic FESTIVIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN


Sevilla amanece un mañana más, silenciosa, inerte, costándole cogerle el pulso al día. Aún revolotean cintas de tuno por alguna esquina, con ese caminar que característico de una muy larga noche, por que aquí, en la tierra de María Santísima, las vísperas siguen siendo tan importantes como las fiestas.

El Postigo del Aceite se despierta casi tan frío como aquel viejo Empel, allá por 1585, donde entre las heladas tierras apareció la Inmaculada Concepción para ayudar a los Tercios españoles para lograr lo imposible. Desde entonces, España entera se rindió ante la advocación de la Inmaculada Concepción y especialmente Sevilla, que juró la defensa de la Concepción de María, toda Pura y Limpia, en 1615 y que extendió a toda la Patria hasta el punto en que fue proclamada Patrona de España por el papa Clemente XIII, mediante la bula “Quantum Ornamenti”, de fecha 25 de diciembre de 1760, a solicitud de Carlos III.

Y desde aquellos tiempos, en la vieja Resolana de Sevilla, junto a la vieja puerta de entrada a la antigua urbe, se erigió un pequeño retablo que ha sido corazón de los latidos concepcionistas de la ciudad hasta nuestros días. Epicentro de la devoción inmaculista, foco de cariño y devoción silenciosa de los sevillanos.

Como ya nos dijo el Rvdo. Padre Miguel Ángel Garzón, predicador en nuestra novena, el Arco del Postigo se asemeja a aquella cueva de Nazaret, entrañable punto de encuentro donde los pastores acudían a adorar al Niño Dios y donde ahora, los sevillanos, acudirán a adorar a María Santísima.

Y todo porque hoy, 8 de Diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción, la Pura y Limpia vuele a bajar de su altar para pasar su onomástica con sus hijos. El Postigo del Aceite volverá ser centro neurálgico de la devoción de la ciudad por un día, aquel lugar donde late el corazón celeste de Sevilla y donde la misma Sevilla encuentra ese patronazgo, también silencioso y devocional, de España.

Sencilla, humilde y de tierna mirada. Ella nos espera en su día, como madre que anhela el regreso de sus hijos, que le besan la mano al volver, de nuevo, a casa.

Ya se encuentra bien entrada la mañana y los rayos de sol empiezan a calentar el día festivo en la ciudad. Ya es hora que aquel tuno noctámbulo regrese a casa, cabizbajo, abrumado por la luz del día, aún se encontrará con algún vecino que le escucha musitar para si mismo:

 

Todo el mundo en general

a voces reina escogida

diga que sois concebida

sin pecado original.

 

 

 

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